me queda sólo un doblez de la tarde
y las hormigas lentas
mastican lo que resta de lucidez
hay una música escurridiza
que relame mi espalda
(a falta de vértigo)
y acaricia mis piernas
con su ritmo curvilíneo,
tratando de amputar
el desequilibrio perfumado
de las ideas que no combinan con mi pelo
pero siempre encuentro
algo de sal en mi solapa,
relámpagos calientes para reavivarme
y vientos interiores para barrer
los sedimentos agrios que
-por error- se asilaron en mi almohada
entonces reconozco
que simplemente me alcanza
con un doblez de la tarde:
un pequeño espacio / un diminuto tiempo
en el que pueda levantar mis párpados
(despertar mis sentidos)
y contemplar
la parcela de suelo que me sostiene
y el infinito de cielo que me libera.
14 comentarios:
ese pequeño mundo del momento.
como tallas los versos...
espectacular Paula.
besos volados
Vientos interiores, hermoso ver como se mueven las cosas dentro, recorrer con un verso lo que las tripas le dicen a nuestro deseo, como desvestir un alma tapada con cartones.
Pascual
sentimientos infinitos del alma escrita en tus versos..
un bello poema..
saludos fraternos
un abrazo
ese pequeño mundo es lo que tenemos, Cuchi... sólo resta disfrutarlo.
un beso!
sí, Pascual, todos tenemos algún viento interior, algo que nos mueve, que nos empuja, que nos despabila...
Un beso!
Adolfo, gracias por la visita.
un abrazo para vos.
Bastan pocas chispas para encender el alma :)
Sí, querida Eika, basta muy poco...
:)
En un instante, la apreciación completa de la existencia.
Un mundo de posibilidades. Y uno elige...
Te invito a visitar mi blog.
Un beso,
Pablo
Bellísimas las imágenes que evocan tus palabras. Un saludo!
Pablo,
gracias por el viaje de tus palabras.
Pasaré por tu blog.
un beso.
Gustavo,
gracias por tu visita y tu comentario.
un beso,
Paula
Este poema es como una caricia, cuando deje de releerlo te dejo un comentario, es broma es broma, está muy bueno, mencanta!
Migue!
gracias por pasar y dejar tus huellas.
besos
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