miércoles, 21 de abril de 2010

Del querer

(no me alcanza una mañana como todas
ni un jueves parecido a cualquier otro)

quiero las noches completas
y los días fuera del tiempo
cuando el horizonte sonríe al revés
y el sol es una mujer pariendo prodigios

(no quiero las migajas que se caen al suelo
ni los míseros retazos que se desparraman aturdidamente)

quiero los días que germinan verdes
al filo de la magia
y los silencios de una tarde
que hacen el amor con la música

(no quiero ser “amable”
ni precisa ni eficaz)

quiero la fascinación irresistible del riesgo
la potestad del error
la duda durmiendo conmigo hasta la madrugada

(no quiero olvidar ni siquiera
una estupidez)

quiero las palmas de mis manos
tocando la tierra después de la lluvia
y mi lengua acariciando
los sabores del misterio

quiero
el amor sin alarma.

domingo, 4 de abril de 2010

In nessun luogo (versione italiana)

le cose che finiscono
si allontanano con le sue ali appassite
con la sua pelle invecchiata

(in tutta la morte c’è un germe di quello che nascerà)

seguo quel volo
con lo stesso disordine
delle parole non dette,
delle partite non giocate,
dei rischi che si conservano per un’altra occasione

(morire e rinascere varie volte nella vita,
non c’è nulla di straordinario)

contemplo l'assenza
con la stessa afonia
dei ricordi che si suicidano nel deserto
oppure delle promesse che si affogano in una laguna rossa
a tre mila metri sul livello del mare

(anch'io me ne sono andata:
in nessun luogo, senza
aspettative)

adesso sono alla riva di un binario vuoto,
inesplorato, misterioso,
sommamente fertile
per iniziare il viaggio fino alla prossima stazione.


Mi avventuro a pubblicare il mio ultimo poema nella versione italiana.
Sono soltanto una studentessa della lingua italiana, ma ho voluto provare a tradurre le mie parole, penso che possa ricevere qualche opinione di alcuni lettori di quella bella lingua.

sábado, 3 de abril de 2010

A ninguna parte (versión original)

las cosas que terminan
se alejan con sus alas mustias,
con su piel avejentada

(en toda muerte hay un germen de lo que va a nacer)

sigo ese vuelo
con el mismo desorden
de las palabras no dichas,
de las partidas no jugadas,
de los riesgos que se guardan para otra ocasión

(morir y renacer varias veces en la vida,
no es nada extraordinario)

contemplo la ausencia
con la misma afonía
de los recuerdos que se suicidan en el desierto
o de las promesas que se ahogan en una laguna roja
a tres mil metros sobre el nivel del mar

(yo también me fui:
a ninguna parte, sin expectativas)

ahora estoy a orillas de un andén vacío,
inexplorado, misterioso,
sumamente fértil,
para iniciar el viaje a la próxima estación.