lunes, 2 de mayo de 2011

Detrás de esa ventana

Querés que no te pregunten
otra vez
las mismas cosas,
que no te ofrezcan siempre
beber del mismo licor,
necesitás que dejen de mirarte
como si fueras un lienzo
prisionero del tiempo,
o dejar de verlos a todos ellos
incapaces del cambio.

Pero, ¿qué pasa ahora afuera,
detrás de esa ventana?

Ni siquiera un rumor
vuelve idéntico en su eco.
La noche agita sus horas
con inmoralidad
y algunos minutos te salpican la cara,
te escupen los ojos
con su filo brillante,
con su ardor incisivo.

Lo único que querés
es que todos rían y duerman,
que todos rían y perdonen
de una vez por todas,
mientras vos te suturás los ojos
y las incertidumbres,
como si nada hubiera pasado
hasta hoy
como si la vida, mañana
pudiera realmente
comenzar otra vez.