sábado, 3 de abril de 2010

A ninguna parte (versión original)

las cosas que terminan
se alejan con sus alas mustias,
con su piel avejentada

(en toda muerte hay un germen de lo que va a nacer)

sigo ese vuelo
con el mismo desorden
de las palabras no dichas,
de las partidas no jugadas,
de los riesgos que se guardan para otra ocasión

(morir y renacer varias veces en la vida,
no es nada extraordinario)

contemplo la ausencia
con la misma afonía
de los recuerdos que se suicidan en el desierto
o de las promesas que se ahogan en una laguna roja
a tres mil metros sobre el nivel del mar

(yo también me fui:
a ninguna parte, sin expectativas)

ahora estoy a orillas de un andén vacío,
inexplorado, misterioso,
sumamente fértil,
para iniciar el viaje a la próxima estación.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Pau, que el viaje no termine nunca, que las estaciones se sucedan una tras otra como tengan que suceder. Que salga tu sonrisa como el sol, que haya nuevas promesas, y lagunas de todos los colores, que el misterio y la fertilidad aniden en tu corazón-motor y den a tu vuelo mil volteretas, y que tu voz de tinta se llene de notas cantoras que vistan al viento. Te quiero amiga!! Monty

paula varela dijo...

Monty, gracias por tantos presagios-deseos hermosos, por acompañar mi viaje, por escuchar mis palabras.
Yo también deseo que tus estaciones se sucedan unas a otras como tengan que suceder. te mando un abrazo enorme y espero poder visitarte pronto.
Paula