(este es un poema que escribí hace unos años y hoy vino a mi recuerdo)
I
dejo los anillos / las sombras
las exactitudes turquesas
aquí
al pie del precipicio
donde los pétalos caen como nevisca
donde los murmullos
son el eco que no regresa a su punto de partida
me quito la ropa y los compases
el pensamiento turbio
y las olas del vientre / la espuma /
dejo todo sobre esta línea incompleta
II
camino los dos pasos
hacia el silencio escondido
donde se tocan sólo las aristas sensibles
donde el susurro de la mente se hace impalpable
/ el quicio ineludible
donde no importa que el futuro esté fuera de foco /
III
en este valle de huesos inmóviles
mudo las horas rotas /
la sangre /
el perfume de los espacios que no ocupé /
abandono
las pretensiones que nunca serán
las tijeras / mi cartografía personal / la lumbre
entonces
mínima / vacía / frugal
sin el menor rastro de artificio
levanto los párpados
y miro / me miro a los ojos.
8 comentarios:
Una evocación excelente en versos..
Un gusto leerte
Un abrazo
Saludos fraternos.
bello poema de lo efímero...
un cálido abrazo
Precioso Paula, te lo cogeré prestado.
Un beso.
Gracias por tu comentario, Adolfo.
un abrazo!
K,
me alegra que te guste.
un abrazo para vos.
Bletisa,
mil gracias por el regalo en tu blog.
El poema recitado adquiere otra vida.
un beso!
Mi querida Paula!! qué gusto leerte, jirafa transcentende, aplicada en el paraíso, en tu boca suena mejor el italiano!! cómo te echo de menos!!
y yo también te extraño, Sonia!
aunque nunca estaremos tan lejos.
:)
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