te movés sobre la línea curva,
tendés a lo cíclico, a lo vicioso, a lo inmutable
pero algunas veces saltás,
estirás la curva con tu voluntad
hacia una espiral que asciende
(te liberás así del eterno retorno)
y otras veces simplemente te detenés
y sólo mantenés un balanceo suave
al lado del fuego
suspendés el sueño
para contemplar la calma,
sostenés la noche
en el cuenco de tus manos,
la acunás, la besás, la acariciás
sos esa noche que se va apagando,
que te da fortaleza, que te hace mutar
y que con su opacidad logra transformarte
en tu propio sol.
6 comentarios:
Me agradó mucho, aunque hay palabras que por el idioma me suenan diferente.Un gusto leerte.Saludos.
Me gusto tu poema, me quedo en silencio leyéndote..
Te dejo mis saludos con el cariño inmenso de siempre.
Un abrazo muy fuerte.
Besos
Que tengas un buen fin de semana
Muy bueno como siempre con ese algo del -¿yo autogenerador y poderoso?- que se aprecia en Whitman pero en clave "Varela" con la impronta única que veo en la mayoría de tus poemas.
besos
Hola Hydro, gracias por tu comentario. Y sí... es un poema muy "porteño", con matices de esa parte de Argentina, donde vivo.
un beso!
Gracias Adolfo por tus palabras y el cariño.
un abrazo para vos.
Hola Loli!
Gracias por este lindo comentario.
Me alegra mucho que vea una impronta única en mis poemas!
Un beso grande,
Paula
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