“Es extraño que no se pueda desear simplemente lo que se quiere.”
Michael Ende, en La historia interminable
abro los ojos y creo
que la claridad del día me muestra una imagen lúcida,
evidente, igual para todos,
como si tuviera existencia independiente de mí
entonces espero que ella me bañe de blanco
que haga transparentes mis deseos
que disipe las dudas
que se acostaron conmigo la noche anterior
y es verdad que la mañana
(por estar hecha de tiempo)
tiene el poder de revelar mutaciones
pero también es cierto todo lo contrario
porque el tiempo es un invento del hombre
como también la palabra “mañana”
o la idea misma de “inventar” o este poema
todo es tan caprichosamente complejo
que, a veces, pierdo por completo
el sentido de lo que quiero
como si los sentimientos en realidad
me nacieran de la cabeza
o el pensamiento buscara
un refugio inútil en mi corazón
un desperfecto, como si la maquinaria del cuerpo
se paralizara en un instante específico
y los ojos sintieran la sal
o la lengua descubriera los colores
o los oídos notaran un perfume incomprensible:
una realidad que es mi propio invento
y, por eso, mi propia soledad
porque el otro
(vos que coincidentemente hoy te detuviste a leerme)
también despertaste esta mañana
e intentaste bañarte con la claridad del día
e inventaste tu mundo y tu propia soledad
pero como todo es tan caprichosamente simple
intuyo que en esa distancia en que nos perdemos
es posible que tropecemos con el mismo miedo
quien sabe, pienso, también él
(ese miedo que desordena nuestras percepciones)
tenga la capacidad de inventar otro mundo
tal vez un empalme de rutas, una encrucijada,
donde podamos en verdad encontrarnos.
12 comentarios:
"también despertaste esta mañana
e intentaste bañarte con la claridad del día
e inventaste tu mundo y tu propia soledad"
que mas para mis ojos hoy, basta
Es hermoso leerte.
Quizás el problema sea que los sentimientos se alojen en el cerebro y de esa manera cometan suicidio, porque desde el momento mismo en que los explicamos, analizamos, descomponemos en silogismos idiotas, muere iremediablemente una parte de ellos. Es tan lindo sentir! Por qué no dejarlo ser y regodearse en su voluptuosidad y ya. Basta de análisis!
Paula,me gusta tu poema, porque me habla de la mañana.Ese estado de tiempo, donde los sueños, todavía están latentes,Y la realidad es un aroma de café caliente Una conversación en silencio Hasta el sol es humilde por la mañana.
Un beso.
Pascual, gracias por compartir tu lectura conmigo.
un beso!
ay, Flor, no te enojes...
ya bastante me enojo yo!
y en eso estoy, intentando llevar los sentimientos al lugar que les corresponde.
un abrazo fuerte!
hola edu,
qué lindo eso que decís del sol...
gracias por compartirlo.
un beso
Hola Paula! Estaba buscando ilustraciones de Rebecca Dautremer en el google y los resultados me han traido hasta tu blog.
En realidad, creo que el dibujo que has colgado en tu blog no es suyo, sino de una ilustradora italiana que se llama Nicoletta Ceccoli. Puedes verlo aquí.
http://www.nicolettaceccoli.com/portfolio06.html
Es curioso, es ya la segunda vez que veo esa ilustración asociada a otro autor ¿?
Ah, y perdona por meterme donde no me llaman :P, es sólo que me ha parecido curioso.
Un saludo!!
Rocío, muchas gracias por el dato... ya mismo corrijo el error y además...
gracias por acercarme a esa ilustradora increíble. Estuve visitando el link que me dejaste.
saludos!
Dios crea el tiempo. El hombre inventa el calendario o cualquier otra fórmula más para medirse en sus limitaciones ante el universo que lo rodea; y la encrucijada sigue, rodamos por el camino en esto que llamamos vida.
Saludos...
Jorge,
gracias por tu comentario.
Lo de Dios y el tiempo es para un largo debate...
te mando un beso!
Yo que coincidentemente tomé el hábito y la costumbre de detenerme aquí. Es todo un tema el de la encrucijada muy relacionado con Dios, con la figura de Cristo en definitiva.
Te dejo un beso y te sigo leyendo.
Loli.
Un beso para vos, Loli, gracias por detenerte en esta encrucijada.
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