martes, 3 de julio de 2007

La nada incesante

encendida y naranja está la piel que brilla de entusiasmo
la mirada nítida
(la percepción despejada)
el viento es nutriente vital
es narcótico feliz para el espíritu

el aire llega al núcleo de mis entrañas
y ese corazón es un narciso
un nacimiento de primaveras
sin nombre ni planes

el alma es emoción cargando lo necesario
deambula los senderos
y atraviesa la niebla
pero no se asusta de la negrura nocturna

un sentimiento
originario de esa noche
germina en el lugar más hondo y sensible

la brújula marca cualquier sitio
y nado hacia allí
sin nostalgia abandono mi barco
como una huella errante me dejo arrastrar por la marea

delante de mis ojos el mundo es sólo novedad
nada cubre mi cuerpo
ninguna idea acude a mis pensamientos
sólo contemplo la naturaleza:
el movimiento incesante.

7 comentarios:

M.V. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
M.V. dijo...

el misterio nace en la unión, la palabra es ladrillo. Los sentidos no tienen sentido. El viaje no tiene rumbo definido. Por el momento sólo sacamos fotos en esta sombría excursión hasta la luz. Tierra, sol, agua, aire y este cuerpo en el que estas fuerzas disputan su existencia.
A bientot!

paula varela dijo...

papillion! Marcos, querido!
Qué bella sorpresa encontrarte por acá...
desde distintas coordenadas terrestres, en algún sitio volvemos a cruzarnos.
besos!

Daniel O. Requelme dijo...

Y la brújula me llevo a ti. Doy gracias al viento.

Me gusta su poema.

Un beso


Daniel O. Requelme


www.danielrequelme.com.ar

paula varela dijo...

es bueno que viento nos amontone, Daniel...
es bueno descubrir que nuestra voz resuena en los oídos de otros.

un beso!

Unknown dijo...

¿estado oceánico? Delicada descripción. Dejarse llevar por los sentidos,... y disfrutarlo.
Como siempre, me encanta leerte.
Beso

paula varela dijo...

dejarse llevar
soltar el control (aunque sea un momento)
para descubrir
los brillos debajo de las piedras.