viernes, 3 de marzo de 2017

La música del camión


Tan, tan, tan / tan, tan, tan
Lo escucho cuando todos duermen,
es el camión de la basura
se lleva las sobras de nuestro día
las horas pútridas que no quisimos
conservar en casa,
pero en el apuro tiramos todo:
tan, tan, tan / tan, tan, tan
Se lleva las horas que no aprovechamos,
los poemas que no pudimos escribir.
En el comedor todavía hay olores,
perfumes que nadie quiere ponerse.
Y así otros días pasan
como segundos en cuenta regresiva
hasta que la luz se apaga
y el padre no concibe
que todavía queda la madrugada,
los planes dormidos,
las canciones por componer,
el quejido de nuestro hijo
cuando sueña
que su madre es sólo su madre.
Pero yo estoy despierta
para oír el camión de la basura
tan, tan, tan / tan, tan, tan
el motor que se enciende
y comprime las horas que tiré por error
explicando una vez más
que soy la misma de siempre
pero con las tetas más grandes y lácteas.
Tan, tan, tan / tan, tan, tan
Nuestro perro vigila que no me vaya,
que los cuide a todos,
que no cante demasiado fuerte.
Le acaricio la cabeza para que entienda
que mis cuerdas vocales están heridas
que mi cuerpo todavía está trémulo
y conmovido de dar a luz,
pero que ya se curarán con el tiempo
con las horas que siguen reproduciéndose,
y sobre todo con la alegría de ese niño
cuando se reconoce en mis ojos,
con su mirada enorme
que exige todo de mí
y que en un acto recíproco
es quien consigue
devolverme la vida.