jueves, 16 de octubre de 2014

Mientras espero

Mientras espero,
ese hombre sentado en la esquina oscura
se orina en sus pantalones azules de salir.

¿Qué más hacer?

No van a vencerme los olores asfixiantes
de esta noche afligida,
ni la televisión a todo volumen
de cada casa
en la que he entrado por error.

No podrá conmigo
la falta de espacio en mi cabeza
ni el tiempo apelmazado en las redes sociales
como un pastel de piel de asno
al que le faltó cocción.

¿Qué hacer?

Borrar los mensajes de texto
escritos en mayúsculas,
comprar la lupa con forma de tarjeta
y agarrar de los pelos a los niños
para que vuelvan a jugar al fútbol en la calle.

Lo voy a conseguir.

Aunque la humedad levante la alfombra
o descascare nuestras amorosas convicciones,
o aunque yo misma
me orine encima de este poema.

¿Qué importa?

A lo sumo las letras
van a quedar
levemente borroneadas.

3 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

Como cuando el silencio es posible
y las palabras empiezan a temblar.

EG dijo...

Gracias Paula por volver al blog.
Un enorme gusto leerte.

paula varela dijo...

Gracias Jorge por el comentario y a vos, Miriam, gracias porque me diste ganas de volver.