el agua clara
te muestra unos pies inquietos
que aman y espían
lo pequeño y lo misterioso
lo evidente y lo imperceptible
es cristalina
y trasluce las gotas turquesas
que copulan mansamente
que procrean la inmensidad
y la nombran Océano
te acaricia las piernas
con su lengua húmeda
te moja con el estallido de sus olas
para desteñir la rutina
que se te impregnó en la piel
para borrar el gesto repetido
de los días oscuros
el agua hace su conjuro
y te ubica otra vez
sobre los pies que te sostienen
te devuelve al centro al equilibrio
y logra minimizar tu sombra.