Nadie te lo dice,
pero hay cadáveres
bebiendo tu cerveza en el bar,
ocupando la mitad de tu cama,
festejando en el balcón de tu gobierno,
diciéndote en línea cómo ser feliz.
Se disfrazan con escotes falsos
y camisas inútilmente caras,
se perfuman la podredumbre,
reforman sus cuerpos descompuestos
con modernas cirugías
y repiten frases impersonales, preciosas,
falsamente inocuas:
“tenés que pensar en el futuro”.
No va a quedar nada
si todo sigue igual.
La última oportunidad es
arrancarlo todo,
mirar detrás del velo,
oler con sutileza,
desear con voracidad,
oír con intuición,
formar una jauría
con los pocos seres vivos
que todavía respiran.
6 comentarios:
Domingo por la tarde y...te leo...un buen ejercicio para acabar bien la semana
como en la aquella peli 'en ocasiones veo muertos'
un abrazo
me gusto mucho, a medida que lo leia lo imaginaba.
Bueno, Desconcierto, no está mal si acaba bien la semana. Gracias por escribirme.
Hola Ariel, qué bueno que te haya gustado!
¡Formar una jauría!
¡Eso!
Una jauría!
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